Fe que desafía límites en la México-Puebla; miles caminan hacia La Villa entre devoción, mandas y agradecimientos
- Redacción

- hace 5 días
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Peregrinos como Silviano, que avanza con muletas, y familias migrantes recorren kilómetros rumbo al Tepeyac, formando ríos humanos que inundan el oriente del Valle de México

Valle de Chalco, Méx.-No hay obstáculos ni pretextos para muchos de ellos. A Silviano le amputaron la pierna hace casi un década y aún con muletas camina desde Valle de Chalco a la Basílica de Guadalupe para agradecer los favores recibidos en el último año.
Este jueves salió de su casa cercana a la Caseta Vieja de la autopista México-Puebla antes de las 8 de la mañana para llegar al recinto mariano de la alcaldía Gustavo A. Madero con un sólo propósito: pedirle por su salud y a cambio de eso prometerá ir el siguiente año a pagar esa manda religiosa.
Calcula que entre 5 a 6 de la tarde estará en el atrio y luego se persignará ante su patrona, como lo hacía con su esposa antes de que muriera en el 2015.
La devoción por la Morenita del Tepeyac no sólo es de los mexicanos, varios migrantes que han llegado a los municipios del oriente de la metrópoli en los últimos años se han contagiado de esa adoración.
Mayte y sus dos hijas llegaron procedentes de Venezuela y se establecieron en Valle de Chalco de donde también salieron este 11 de diciembre y caminan por la autopista como miles de los seguidores de la Virgen.
“Claro que tenemos que agradecer y mucho, llegar a este país con vida y sobrevivir a todo lo que pasamos y seguir adelante es una bendición, por eso vamos a La Villa a darle las gracias en persona”, dijo.
El oriente del Valle de México se convierte en la entrada para los seguidores de la Reina del Tepeyac.
La autopista México-Puebla se inunda de ese fervor que se transmite en cada uno de los fieles que quieren llegar hasta La Villa para agradecerle o para pedirle algún milagro para su familia, amigo o ser querido y también para todos los habitantes del mundo porque creen que ese manto de La Virgen se puede extender a cualquier lugar.
Miles caminan por calles y avenidas de la metrópoli para no faltar a su cita anual.
La Basílica de Guadalupe es el punto de reunión para ellos, pero para llegar hasta allá tienen que recorrer muchos kilómetros.
La caminata es interminable, algunos apenas pueden dar un paso sobre otro, pero el compromiso que tienen con La Virgen de Guadalupe los motiva a seguir adelante, a no desfallecer a no claudicar.
Otros fieles guadalupanos salieron desde temprana hora de sus hogares y la autopista México-Puebla es la ruta principal a su destino.
Por esa vía van los que le pidieron algún milagro a la Virgen y se dirigen a cumplir la promesa ofrecida de estar en su morada el día en el que es honrada por sus devotos creyentes.
La mayoría acude a cumplir una manda a la Basílica de Guadalupe, pero otros se instalan sobre la autopista México-Puebla para ofrecer comida gratis a los que pasan por ahí.
Vienen de muchas comunidades de Puebla y luego se les unen los de los municipios mexiquenses, como Ixtapaluca, Chalco, Valle de Chalco, Los Reyes La Paz, Chimalhuacán, Chicoloapan y Nezahualcóyotl.











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